viernes, 7 de enero de 2011

Los caprichos de la luna

La luna, que es el capricho en persona, miró por la ventana mientras
dormías en tu cuna, y se dijo "Esta niña me gusta".
Bajó sigilosamente por su escalera de nubes, y pasó sin ruido a través de los cristales.
Luego se tendió sobre ti con la ternura suave de una madre, y puso en tu rostro sus colores. Tus pupilas quedaron para siempre verdes, y tus mejillas extraordinariamente pálidas. Fue contemplando a esa visitante como tus ojos se agrandaron tan extrañamente; y te apretó tan tiernamente la garganta que te quedó para siempre el deseo de llorar...
A todo eso, en la expansión de su alegría, la Luna llenaba toda la habitación como una atmósfera fosfórica, como un veneno luminoso; y toda esa luz viva pensaba y decía:
"Estarás eternamente bajo la influencia de mi beso. Serás hermosa a mi manera. Amarás aquello que yo amo y aquello que me ama: el agua, las nubes, el silencio y la noche; la mar inmensa y verde, el agua informe y multiforme, el sitio en que no estarás, el amante que no conocerás, las flores monstruosas, los perfumes que hacen delirar, los gatos que se extasían sobre los pianos y gimen como mujeres, con voz ronca y dulce.Y serás amada por mis amantes, cortejada por mis cortejadores. Serás la reina de los hombres de ojos verdes a los que también apreté la garganta en mis caricias nocturnas, de aquellos que aman la mar, la mar inmensa, tumultuosa y verde, el agua informe y multiforme, el sitio en que no están, la mujer que no conocen, las flores siniestras que parecen incensarios de una religión desconocida, los perfumes que enturbian la voluntad, y los animales salvajes y voluptuosos que son los emblemas de su locura".
Hay mujeres que inspiran deseos de vencerlas y gozarlas, pero ésta despierta el deseo de morir lentamente bajo su mirada...
Y por esto, maldita y querida niña mimada, estoy ahora tendido a tus
pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la temible divinidad, de la fatídica madrina, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.


Baudelaire.