jueves, 28 de abril de 2011

Escala de grises

Yo te corto la sonrisa y tú a veces no besas mi alma, yo me pierdo entre llamadas y tú me buscas en el tono a la distancia, la ilusión va desangrada en las horas de un tiempo impredecible que no concede un momento para las miradas. ¿A dónde te fuiste? Me preguntas con esas palabras melancólicas, con ese cansancio cuando cae el sol y me recuerdas con remembranza.
La función de mis murmullos es permanecer como imagen callada, la escases de mi paciencia va en asenso por la nueva política de mi alma.  ¡Alerta! ¡Peligro! Se estanca, no avanza, clausurado.
El precepto impotente de no buscar los techos verdes, de recordar las flores por imágenes de pantalla, el cielo siempre opaco, estrellado cuando  estoy estrellada en mi cama. Siempre hay sonidos, melodías trilladas de tráfico, de personas devastadas, helicópteros de lado a lado, suspensión de sonrisas, alarma contra lágrimas.  

viernes, 7 de enero de 2011

Los caprichos de la luna

La luna, que es el capricho en persona, miró por la ventana mientras
dormías en tu cuna, y se dijo "Esta niña me gusta".
Bajó sigilosamente por su escalera de nubes, y pasó sin ruido a través de los cristales.
Luego se tendió sobre ti con la ternura suave de una madre, y puso en tu rostro sus colores. Tus pupilas quedaron para siempre verdes, y tus mejillas extraordinariamente pálidas. Fue contemplando a esa visitante como tus ojos se agrandaron tan extrañamente; y te apretó tan tiernamente la garganta que te quedó para siempre el deseo de llorar...
A todo eso, en la expansión de su alegría, la Luna llenaba toda la habitación como una atmósfera fosfórica, como un veneno luminoso; y toda esa luz viva pensaba y decía:
"Estarás eternamente bajo la influencia de mi beso. Serás hermosa a mi manera. Amarás aquello que yo amo y aquello que me ama: el agua, las nubes, el silencio y la noche; la mar inmensa y verde, el agua informe y multiforme, el sitio en que no estarás, el amante que no conocerás, las flores monstruosas, los perfumes que hacen delirar, los gatos que se extasían sobre los pianos y gimen como mujeres, con voz ronca y dulce.Y serás amada por mis amantes, cortejada por mis cortejadores. Serás la reina de los hombres de ojos verdes a los que también apreté la garganta en mis caricias nocturnas, de aquellos que aman la mar, la mar inmensa, tumultuosa y verde, el agua informe y multiforme, el sitio en que no están, la mujer que no conocen, las flores siniestras que parecen incensarios de una religión desconocida, los perfumes que enturbian la voluntad, y los animales salvajes y voluptuosos que son los emblemas de su locura".
Hay mujeres que inspiran deseos de vencerlas y gozarlas, pero ésta despierta el deseo de morir lentamente bajo su mirada...
Y por esto, maldita y querida niña mimada, estoy ahora tendido a tus
pies, buscando en toda tu persona el reflejo de la temible divinidad, de la fatídica madrina, de la nodriza envenenadora de todos los lunáticos.


Baudelaire.