Este cuerpo aún es joven pero
tiene las cicatrices de una guerra
de cien años.
Su vida parece haber comenzado
tan lejos, como el sitio de los astros.
A veces el aire, los pájaros y las flores
le piden que les cuente, que les enseñe
lo que ha vivido, y él siempre responde:
"¡No lo sé, yo nací destruído!"